viernes, 26 de abril de 2013

Cuando la vida apesta


  Está de más decir que todos cargamos con problemas cada día de nuestras vidas. Hay fechas dónde se siente más difícil respirar sin suspirar y otras dónde la vida no huele tanto a albañil al mediodía sino como bebé recién bañado.
  Existe un sentimiento de odio global por los lunes porque para muchos estará comenzando su semana. También aumentan las posibilidades de querer atravesarte una Gillette por la yugular en plena tarde de domingo. Se te puede hacer muy fácil creerle a las malas lenguas que un miércoles es un día de miércoles. Mirás al calendario y descubrís un enjambre de martes y viernes 13. Te rompen el corazón justo un sábado a la noche y no tenés ganas de deprimirte en público. Para completarla, la happy hour es conquistada por noticieros de aspectos innecesarios de la vida de los demás, y posiblemente se emite un teledrama super predecible contado con la cara de queso azul de Estevanez o Suar.
  Decime, qué mierda hacés con una vida así? No sabés? Genial, acá te mando un par de consejos para que después me debas la vida. Principalmente, tenés que empezar a pensar que existen infinitas posibilidades para todo. Por supuesto que hablo de nuestras habilidades, nadie puede hacer llover, volar o revivir un muerto. No nos vayamos a los extremos aún. Bueno, ahora si.
  En caso de aburrimiento en tiempo libre:
-si podés, salí. Andá a pasear, visitá un amigo, tomate el primer colectivo que pase (aunque tengas vehículo propio) y bajate dónde te parezca interesante. Nunca sabés con qué te podés encontrar. Disfrutá de placeres individuales, conocé luagres nuevos para tu GPS mental, buscá eventos por el diario o internet. Andá al teatro, al cine, al parque, al shopping, a un bar o cafertería, museos, espacios culturales, plazas. Charlá con desconocidos en lugares públicos, alimentá palomas, leé un libro, salí a correr o patinar, practicá un deporte. Estoy seguro que cuando te activás, tu imaginación se pone más gauchita.
-si no podés salir porque no tenés movilidad, plata para el colectivo o estás enfermo: invitá a alguien a jugar juegos de mesa o videos juegos, ver DVD’s,  escuchar música, ver tv o un recital por youtube. Hasta podés hacerlo por tu cuenta. Si se te rompió la compu o cayó internet, hacé zapping (en el peor de los casos). No soy fan de la tv y menos de la nacional. Podés dibujar, pintar, decorar, cambiar los muebles de lugar, armar rompecabezas, hacer un crucigrama o sudoku, inventar una receta con lo que haya en la heladera, limpiar, ordenar, regar plantas, hacer llamadas graciosas a desconocidos o charlar con amigos que hace mucho que no ves, leer un libro o revista, escribir lo que tengas en mente, hacer papel reciclado, tirar cosas viejas, hacer un collage. Buscá escusas en tu casa para mantenerte ocupado asesinando un par de horas.
  Si son las responsabilidades las que te bajonean:
Si podés, acompañá todo con música, usá colores diferentes cada día dependiendo de lo que hagas. Si le has impuesto un orden a tus tareas, cámbialo. Sonreile a tus enemigos, hacele cosquillas a tus amigos y guíñale un ojo a quien te guste.
  El secreto es disfrutar todo al máximo. Si, todo. Comida, familia, clima, aromas, chistes, sorpresas, amigos, sexo, etc. A partir de ahora cada cosa que sucede en tu vida no es un problema, es una oportunidad para tirarte de cabeza en una piscina llena de mierda soportable. Es mejor que un inodoro vacío, nada para hacer. Si tenés los huevos u ovarios suficientes como para darle duro y sin asco a tu vida, dejá de leer esto y empezá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario